La Hermandad del Rocío de La Línea ha sido galardonada con dos premios que destacan su trayectoria y compromiso social y ambiental y con tal motivo, el alcalde, Juan Franco y la concejal de Fiestas, Mercedes Atanet, han recibido a la junta de gobierno de la entidad, encabezada por su hermano mayor, Isidoro López Cobalea.
Este encuentro tuvo lugar en reconocimiento a la concesión del Tamborilero de Plata, otorgado por la Cadena SER con motivo del cincuentenario fundacional de la hermandad, y al Premio de Fundación Cajasol ‘Este es nuestro camino’, que valora sus buenas prácticas ambientales en el Coto de Doñana, desarrolladas a través del proyecto ‘Camino medioambientalmente sostenible’, en marcha desde hace seis años.
López Cobalea explicó que, aunque la hermandad fue fundada en 1975, su cincuentenario oficial se celebrará en 2028, ya que en 1978 fue reconocida como filial de la matriz de Almonte. Sin embargo, realizó su primer peregrinaje en 1976, con la primera visita de la Virgen del Rocío a su Simpecado, y en 1977 fue declarada Hermandad Canónica por el Obispado. Estos premios valoran tanto su trayectoria de medio siglo como su labor en los ámbitos social y medioambiental.
El hermano mayor destacó que el Tamborilero de Plata se concede por su trabajo en prácticas sostenibles durante el camino al Rocío, así como por su obra social y su labor con los jóvenesdel municipio. En cuanto al premio de Cajasol, señaló que la hermandad ha sido pionera en realizar el camino a través del Coto de Doñana, desde Sanlúcar al Rocío, adoptando medidas para conservar el entorno. Estas prácticas, que cada año se perfeccionan, están siendo adoptadas por otras hermandades. Los rocieros linenses trabajan además para reducir la contaminación acústica en el Coto y mejorar la sostenibilidad del recorrido.
Por su parte, el alcalde, Juan Franco, valoró estos reconocimientos como “un espaldarazo al trabajo de la Hermandad de La Línea desde su existencia”. Destacó su labor social y asistencial, especialmente en momentos de necesidad, como la Dana de Valencia, y subrayó que su labor “vertebra nuestra ciudad, con un número elevado de hermanos que, además de sus actos religiosos, contribuyen a la vida social y cultural del municipio”. Franco les expresó su agradecimiento y les animó a continuar su andadura.