Historia con final feliz en La Línea: "Me gustaría ponerle una hoja de agradecimiento a quien me atendió en Kiabi"

Macarena escribió un tuit con el fin de llegar hasta la dependienta que le atendió en el Kiabi de La Línea y que le dio trato preferente en cuestión de segundos al percatarse de que su hijo padecía Trastorno del Espectro Autista (TEA). Y en cuestión de horas se reencontraron en la red social: "¡Ay! Qué ilusión ver esto! Soy yo!

Sofía Furse.
Periodista
28 de Diciembre de 2023
Historia con final feliz y sello linense: "Me gustaría ponerle una hoja de agradecimiento a quien me atendió en Kiabi"
Historia con final feliz y sello linense: "Me gustaría ponerle una hoja de agradecimiento a quien me atendió en Kiabi"

Macarena escribió un tuit en el antiguo Twitter, ahora conocido como X, con el fin de llegar hasta la dependienta que le atendió en el Kiabi de La Línea y que le dio trato preferente en cuestión de segundos al percatarse de que su hijo padecía Trastorno del Espectro Autista (TEA). Es una historia con final feliz y sello en linense: el mensaje se ha expandido como la espuma a través de las redes sociales y se han reencontrado con gran entusiasmo.

"No sé de qué manera agradecer a la chica que me atendió ayer en Kiabi de La Línea de la Concepción. Me dio preferencia como cliente al percatarse en segundos que mi hijo es TEA. En el ticket solo aparecen sus siglas, no sé como podría ponerle una hoja de agradecimiento", escribía Macarena, de Algeciras.

A las pocas horas el tuit se hacía viral y conseguía llegar hasta Ali, la dependienta que atendió a Macarena: "¡Ay! Qué ilusión ver esto! Soy yo. Soy maestra de infantil y hay que concienciar de estas cositas. Llevo mi vocación muy arraigada. Ven siempre que quieras a nuestra tienda". 

Tras el encuentro se han intercambiado tuits en forma de agradecimiento. "Muchas gracias. No sabía cómo agradecertelo, y en el ticket no ponía tu nombre y pensé que quizá aquí se hiciera la magia. ¡No cambies nunca!", se dirige Macarena a la maestra de infantil, mientras que ella le responde: "No hay nada que agradecer, por favor. Simplemente hay que ser humano. Muchas gracias por tus palabras de amor y cariño. Mis responsables me lo han hecho saber a través de ti".

Ejemplo de que los pequeños actos pueden convertirse en grandes momentos, como este final feliz.