El Ayuntamiento de La Línea ha sacado a licitación pública la ejecución del proyecto de acondicionamiento de las ruinas históricas del Fuerte de Santa Bárbara por un importe de 677.144,79 euros, a cargo de los fondos Next Generation de la Unión Europea, según el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España.
El objetivo de este proyecto es la conservación de este Bien de Interés Cultural (BIC) y su puesta en valor. La intervención que se propone, nace de la necesidad de recuperar la imagen, historia y bienestar de la ciudad mediante la rehabilitación del patrimonio histórico de la ciudad, la potenciación de su atractivo y como consecuencia lograr aumentar la riqueza del municipio, el fomento del turismo y mejorar el bienestar de sus habitantes.
En la actualidad, el entorno comprende las ruinas del Fuerte de Santa Bárbara que se comenzara a construir con Felipe V en 1730 ante la falta de lealtad y cumplimiento de los acuerdos suscritos por los ingleses. Este entorno no tiene ningún un uso concreto actualmente. Se trata de una importante representación de la relación directa de la arquitectura defensiva y la creación de la ciudad, por lo que puede representar un principal foco de atracción como visita histórico cultural, además alentado por la cercanía a la frontera con Gibraltar y el gran movimiento que esto representa, tanto a nivel cotidiano como turístico.
Las soluciones constructivas de la intervención se asocian a las distintas áreas que componen el paisaje del Fuerte de Santa Bárbara. Los materiales a utilizar serán en principio el resultado del reciclaje de todos los restos históricos que se han ido acumulando en el recinto.
DETALLES DEL PROYECTO
La zona del monumento donde se sitúa una acumulación de sillares de piedra y de restos murarios se concebirá como una plaza-vestíbulo de ingreso al Fuerte. Los límites de este vestíbulo serán los glacis del fuerte, la plaza y la avenida de la costa. Se contempla que el recorrido hasta el ingreso al Fuerte se flanquee con una hilera de palmeras y bancos para el descanso del visitante. Asimismo, se proyecta una iluminación alrededor del módulo de recepción y una serie de proyectores que realzarán el camino de las palmeras.
En cuanto al módulo de recepción, tendrá forma de paralelípedo, una especie de caja de hormigón. La estructura acogerá los espacios para la recepción y los aseos. El visitante accedera alrededor de él a la sala donde se expondrá una maqueta del Fuerte de Santa Bárbara y de la Línea de Contravalación. En dicha sala se dispondrá del espacio suficiente para albergar a los ciudadanos que sentados, podrán visionar un vídeo que se proyectará en la pared final.
Para el Consistorio linense era muy importante la integración del BIC en la estructura de espacios públicos de la ciudad. Por ello se proponía, y así se ha proyectado, la demolición del perímetro que se preveía construir y la desaparición de la pasarela de madera e instalación de avistamientos de cetáceos que estaban parasitados al monumento. El límite real de todo el conjunto, y donde se disponen las distintas puertas, será la empalizada construida en madera entre el parapeto y la banqueta, y dado que tanto lo uno como lo otro a día de hoy es imposible de restituir en todo su desarrollo, lo más práctico para la obra es la restitución del límite de todo el conjunto a base de recuperar la empalizada de madera y las puertas de ingreso alineadas con ella.
La edificación militar del Fuerte de Santa Bárbara, como casi todos los diseñados en los siglos XVII y XVIII, son una sucesión de límites de defensas y ataques de distintas tipologías que van desde la simple disposición de una geometría terrosa llamados glacis hasta los núcleos centrales donde se disponía la maquinaria de guerra más pesada y el resguardo de oficiales y tropa. Esta serie de estructuras son las que van definiendo las distintas secciones del conjunto junto con unas plantas angulosas que evitaban el impacto perpendicular de la artillería enemiga. De ahí plantas con formas en punta de flecha, estrelladas, etc.
En lo que se refiere al glacis -entorno de una fotificación-, el proyecto redactado reconoce que este elemento defensivo es muy complicado de recuperar en su estado original, pues las propias cotas de la ciudad actual se han adueñado de su posible desarrollo inicial. Actualmente existe un espacio exterior que se tratará de modular según las líneas y tendidos originales, pero no se puede recuperar su altura pues los parapetos que hacían de muros de contención han desaparecido casi en su totalidad. Por ello y viendo que la única línea que existe conservada es la de la zarpa de la cimentación de esa estructura, es por lo que ese nivel-rasante será tanto el final de los nuevos glacis como la estructura sobre la que se apoyará la empalizada. Los glacis nuevos se tratarán con una jardinería e instalación de riego.
En cuanto a la banqueta, su estado es bastante ruinoso. En el proyecto se proyecta la limpieza de todo su recorrido con tratamientos herbicidas y la consolidación de las piezas de los peldaños existentes. A lo largo de esta estructura es donde la empresa adjudicataria construirá la empalizada.
El camino cubierto, de aproximadamente cinco metros de ancho es el que recorre la línea defensiva entre la banqueta y el foso. Los trabajos incluyen su tratamiento con una limpieza general y un terraplenado en ligera pendiente desde la banqueta hacia el foso para el vertido de las aguas. Tal y como recoge el proyecto, este trazado es el alma del proyecto, pues es el que soporta unos caminos y plataformas de madera que van recogiendo las distintas estaciones desde donde tener vistas de los elementos tanto interiores como exteriores de la instalación. Este recorrido a lo largo del BIC, con su correspondiente señalética, es lo que eleva el conjunto monumental a la categoría Museo Arqueológico Abierto.
Una vez recorrido todo el recinto a través de las pasarelas que se proyectan sobre el camino cubierto, habiendo hecho las estaciones en las plataformas que van mirando a un lado y otro se podrá observar en el foso las piezas desmontadas de parte del Fuerte de San Felipe con un plano explicativo. Tras salvar el foso mutilado mediante una pasarela que nace del propio cerramiento hacia la calle, el visitante se adentrará en la Plaza de Armas a través de un nuevo puente de madera.
Una vez dentro de la Plaza de Armas del recinto principal se desarrolla una red de recorridos que se van asomando a las distintas estancias que se distribuyen en su perímetro: habitaciones de oficiales, de la tropa, y el polvorín junto a una capilla. Desde la Plaza de Armas se accede al foso tras restaurar la escalera existente y los turistas accederán a una última plataforma que tiene por objeto el reconocimiento del espacio del foso y una visión sobre el propio puente.
El nuevo fuerte de Santa Bárbara será una realidad en un plazo de doce meses, una vez que arranque la ejecución de las obras.