Sara Rojas, la investigadora linense que ayuda a la creación de terapias para el Alzheimer o el Parkinson

"Como campogibraltareña, sería un sueño contar con un Instituto de Investigación Científica puntero en nuestra zona; yo me iría a trabajar allí sin dudarlo"

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Periodista
22 de Febrero de 2025
La linense Sara Rojas en el laboratorio de la Universidad de Valencia, donde está investigando.
La linense Sara Rojas en el laboratorio de la Universidad de Valencia, donde está investigando.

Sara Rojas, la linense que aporta su "granito de arena" para favorecer a la creación de nuevas o mejores terapias para las enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer o Parkinson que, hoy en día, no tienen cura

La linense lleva un par de años trabajando como Investigadora Postdoctoral en la Universidad de Valencia, aunque confiesa que sería todo un sueño trabajar en el Campo de Gibraltar. "Como campogibraltareña, sería un sueño contar con un Instituto de Investigación Científica puntero en nuestra zona; yo me iría a trabajar allí sin dudarlo", ha señalado la joven en una entrevista para 8Directo. Sin embargo, para lograrlo la investigadora ha reconocido que es necesario más inversión en ciencia. 

A la pregunta de en qué consiste su investigación, Sara Rojas ha confesado que podría responder con pocas palabras que no ayudarían a entender su trabajo, por lo que la linense nos lo ha explicado en detalle:  

"Nuestro cuerpo está formado por una unidad estructural y funcional llamada célula, que cuando sufre estrés, puede entrar en senescencia (proceso de envejecimiento) para evitar transmitir daños al resto de las células. Con la edad, hay una acumulación progresiva de células senescentes en nuestro organismo y esto tiene un impacto negativo sobre la función de los tejidos y órganos, contribuyendo al desarrollo de enfermedades típicamente asociadas a envejecimiento, como las neurodegenerativas. ¿Cómo ocurre este proceso en el cerebro o cómo influye en su envejecimiento? Esto es algo que, en la comunidad científica, aún estamos investigando. El cerebro es el órgano más complejo de nuestro cuerpo, y su deterioro puede deberse a múltiples factores. Yo solo estudio una de las posibles causas", ha comentado la linense.

"Por otro lado, nuestros vasos sanguíneos conectan unos órganos con otros y les aportan nutrientes y oxígeno, así como también retiran sus desechos. En el cerebro, los vasos forman una barrera especializada y controlan ese intercambio de forma muy exhaustiva. Además, las células que conforman los vasos del cerebro regulan el comportamiento de otras células, como las células madre neurales, que son aquellas con capacidad de generar nuevas neuronas (proceso que se conoce como neurogénesis). Dado que las células de los vasos están “en primera línea” expuestas a los cambios que acontecen con la edad en todos nuestros órganos, pensamos que pueden ser especialmente sensibles a sufrir un proceso de senescencia, lo cual podría alterar no solo el suministro de nutrientes o permitir el paso de tóxicos al cerebro, sino también el control que estas células ejercen sobre las células madre neurales y, por tanto, contribuir a la pérdida de neurogénesis que se observa con el envejecimiento. En este contexto es donde pongo mis esfuerzos para tratar de esclarecer si hay una conexión entre la senescencia vascular y el declive neurogénico con la edad y descubrir cuáles son los mecanismos implicados", ha seguido exponiendo la científica.

La linense Sara Rojas en el laboratorio de la Universidad de Valencia, donde está investigando.
La linense Sara Rojas en el laboratorio de la Universidad de Valencia, donde está investigando.

"Aunque me dedico a la investigación básica, cuyo objetivo es responder preguntas fundamentales para el desarrollo de futuros avances, nunca pierdo de vista la potencial aplicación en la salud humana de mis investigaciones. Cada hallazgo, por pequeño que sea, puede unirse a otros y, en el futuro, contribuir a, por ejemplo, entender mejor el origen de una enfermedad y generar terapias eficaces para tratarla", ha expuesto la linense.

A pesar de dedicarse a la investigación, Sara Rojas es farmacéutica. Su interés por la ciencia y la salud determinaron su camino universitario. "Me motivaba entender cómo funciona nuestro organismo para poder contribuir, de algún modo, a mejorar la salud de los demás. Sin embargo, no me convencía una carrera centrada exclusivamente en química, biología o en el cuidado del paciente. Farmacia me ofrecía un poco de cada una de estas áreas, y por eso me decidí por ella", ha señalado esta joven, quien también trabajó en una farmacia de La Línea antes de apostar por la investigación. "La labor del farmacéutico/a en la Oficina de Farmacia y su impacto en la salud del ciudadano es tremendamente importante: es el especialista en salud más cercano y accesible que tenemos", ha añadido.

La linense Sara Rojas en el laboratorio de la Universidad de Valencia, donde está investigando.
La linense Sara Rojas en el laboratorio de la Universidad de Valencia, donde está investigando.

¿Qué le dirías a las niñas que están pensando en estudiar una carrera de ciencias y dedicarse a la investigación? "La ciencia necesita mujeres para abordar desde una perspectiva más inclusiva condiciones de salud que nos afectan de manera diferente y que no han sido suficientemente estudiadas. En los últimos años, cada vez somos más las mujeres que optamos por carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas), haciendo este camino más transitable para todas. Así que, si dudas de si esto es para ti o de si serás capaz, te digo que sí: atrévete, confía en ti y persigue aquello que te entusiasme", ha respondido la linense.

Haciendo un balance sobre la situación de la investigación en España, la joven ha reconocido que el futuro puede ser incierto para los científicos. "Aunque se reconoce la importancia de la investigación, trabajar como investigador requiere años de formación, cumplir con altas exigencias académicas y una gran dedicación y esfuerzo, que habitualmente no se ven recompensados ni en el salario ni en la estabilidad laboral", ha considerado. 

"La inversión en ciencia ha mejorado en los últimos años, pero sigue siendo baja en comparación con otros países, lo que provoca la fuga de talento o la falta de recursos para competir en igualdad de condiciones", ha asegurado. "¿Qué no podríamos conseguir si se apostara más por la ciencia? La investigación no solo genera conocimiento, sino que también impulsa la economía del país al crear empleo, atraer inversión, fomentar la innovación y mejorar la competitividad en el mercado global", ha reflexionado la joven. 

Para la linense, los científicos deben aprender a desprenderse de la rigurosidad académica para acercar más sus estudios a la sociedad. "Quién sabe, quizás así, algún día, también seamos considerados “influencers” dignos de desfilar por alfombras rojas", ha concluido la joven, quien le gustaría seguir vinculada a la investigación en un futuro.