Tamara Calle Nieto es una linense de 29 años que con constancia y mucho esfuerzo está ganándose un hueco en el mundo de la música. Tiene talento y va sobrada de ilusión.
La música llamó a su puerta cuando tan sólo era una niña; con ocho años inició su carrera como cantante, quedando finalista en todos los concursos comarcales de canción ligera, incluso alzándose con algunos de los primeros premios. Sin embargo, mucho antes ya “canturreaba” por casa. Y es que esta pasión por la música le viene de cuna, ya que su padre desde muy joven cantaba en radios y programas junto al maestro Jaén.
La primera vez que pisó un escenario fue en el Teatro la Velada, interpretando el tema ‘Dime corazón’ y con el que quedó finalista. Domina todos los géneros musicales, aunque la música pop, las baladas y boleros son los estilos con los que más cómoda se siente. Además, toca la guitarra y compone sus propios temas.
Tamara nos explica que la vida del cantante es sacrificada y dura, “aunque estás haciendo lo que realmente te gusta no es fácil llegar a la cima. Esta profesión requiere de mucho trabajo y esfuerzo. Hay que ser muy constante y persistente”.
Pero a pesar de todas las dificultades, siempre termina mereciendo la pena. “Subirme a un escenario me llena de muchísima felicidad, me da la vida, me siento plena cuando puedo expresar sentimientos a través de lo que estoy cantando y emocionar al público”, apunta.
Esta joven cantante, que ha sido dos primeros premios, uno en San Roque (2014) y otro aquí en La Línea (2016), no duda en señalar que “lo que más orgullosa me hace es ir por la calle y que la gente me felicite, o simplemente tener una actuación y que vengan expresamente a verme cantar, superándome día a día, ya no sólo como cantante si no como persona”.
En estos momentos se encuentra trabajando en la grabación de un disco de canciones versionadas y donde habrá algún tema inédito compuesto por ella misma. Además, también participa como corista en un espectáculo que están presentando por toda la comarca en homenaje a Rocío Jurado, y que está teniendo muy buena acogida.
Tamara se confiesa linense de los pies a la cabeza: “La Línea es un rinconcito precioso y lleno de magia. Sus calles, sus barriadas, sus tradiciones, sus fiestas, su gastronomía, para mí todo lo que conlleva este pueblo es lo mejor. La Línea es mucho más de lo que dicen las malas críticas, no todo es malo. En mi tierra hay gente con corazón, gente buena, humilde y trabajadora. Así que quiero decirle a todos los linenses que disfruten de esta tierra, que la cuiden y que sigan siendo tan puros y tan cercanos”
