Tras las huellas de los chisparreros de hace 30.000 años

La Almoraima adentro, Castellar de la Frontera guarda un tesoro prehistórico, un frágil patrimonio de incalculable valor cultural. La Cueva de las Estrellas, situada en el abrigo rocoso conocido como Tajo de las Abejeras, es el lienzo de unas importantes expresiones del arte rupestre: cinco representaciones de manos únicas en Andalucía, acompañadas por un repertorio de puntos, líneas, zigzags, figuras antropomórficas y dibujos de caballos.

27 de Julio de 2019
DIEGO SALV ESTUDIO EN ESTRELLAS
DIEGO SALV ESTUDIO EN ESTRELLAS
La Almoraima adentro, Castellar de la Frontera guarda un tesoro prehistórico, un frágil patrimonio de incalculable valor cultural. La Cueva de las Estrellas, situada en el abrigo rocoso conocido como Tajo de las Abejeras, es el lienzo de unas importantes expresiones del arte rupestre: cinco representaciones de manos únicas en Andalucía, acompañadas por un repertorio de puntos, líneas, zigzags, figuras antropomórficas y dibujos de caballos.

Un equipo de expertos trabaja en estas huellas del pasado que nos saludan desde el paleolítico superior antiguo, unos 30.000 años atrás, y en otros abrigos y cavidades de la zona. Investigadores que llaman la atención sobre la necesidad de mostrar a la sociedad el hallazgo y su relevancia para su máximo cuidado y respeto. 

La Cueva de las Estrellas comenzó a entrar en la bibliografía prehistórica en los primeros años del presente siglo pero fue en 2014 cuando Simón Blanco halló las representaciones que, dos años después, comenzaron a estudiarse dentro del proyecto a nivel europeo Handpas (manos del pasado), con la responsabilidad de Hipólito Collado. El equipo de expertos que dirigen Diego Fernández Sánchez, investigador FPI en la Universidad de Cádiz, y José Ramos Muñoz, catedrático de Prehistoria de la UCA, ha tenido que usar métodos propios de la espeleología para acceder a la zona y se han empleado técnicas como la correlación de imágenes y el escaneo 3D para documentar pinturas que, por el desgaste, habían podido permanecer ocultas. 

El amplio repertorio gráfico que abarca desde el paleolítico hasta el neolítico, la complejidad de las representaciones a pesar de las reducidas dimensiones de la cavidad, el hallazgo de manos en un abrigo de poca profundidad y no en una cueva, algo que lo hace singular junto con los restos de la Fuente del Trucho (Huesca); y las manos en negativo, que en Andalucía solo se encuentran en este punto y en la Cueva de Ardales (Málaga), hacen del conjunto de la Cueva de las Estrellas un interesante emplazamiento del arte rupestre. Los investigadores consideran que toda la información del arte y de la ocupación paleolítica destaca el interés de la zona para conocer la transición de las sociedades neandertales a las humanas modernas.

Saludos desde el pasado


El Tajo de las Abejeras se sitúa en el interior de la finca La Almoraima, en pleno Parque Natural de los Alcornocales con unas medidas de 134 metros de longitud, 54 de anchura y 30 de altura. En su interior se encuentra la Cueva de las Estrellas, una cavidad de poca profundidad que, a modo de cofre, guarda el tesoro prehistórico. Hombres de hace unos 30.000 años pertenecientes a grupos de cazadores-recolectores usaron pigmentos rojos con material de la zona para pintar una serie de figuras sobre la entrada, los laterales, el techo y el fondo de la roca del abrigo. 

Los expertos han dividido la cavidad en 15 paneles para facilitar su estudio e interpretación. Sobre la piedra se han encontrado diferentes técnicas y temáticas. Incluso se aprecia una intencionalidad en la disposición de las figuras con una distribución sorprendentemente simétrica. Los expertos también hablan de una “notable complejidad iconográfica a pesar de las reducidas dimensiones”.

Hasta ahora se han localizado en el interior de la Cueva de las Estrellas cinco manos en negativo, es decir, que sus autores colocaron las manos sobre la piedra y la rociaron con pigmentos, formando así el dibujo. Dos se sitúan en el extremo izquierdo de la cavidad y tres, en el derecho: Una mano izquierda vertical ligeramente inclinada (marcando las 13.00 horas de un reloj) al interior de la cueva y a la que le falta un dedo (mano 1); una mano derecha en posición 9.00 y orientada al exterior de la cueva que fue pintada soplando el pigmento y aprovechando una cavidad para enmarcarla, estando ausente el meñique (mano 2); mano izquierda en posición del reloj 11.00, que aparece incompleta en los dedos pero en la que se ve la muñeca y parte del antebrazo, el meñique replegado intencionadamente y una deformación en el dedo corazón (mano 3); una pequeña mano que presenta los dedos índice, corazón y anular en horizontal (mano 4); y una mano presentada en diagonal con los dedos apuntando hacia abajo de la que apenas se intuye tres dedos. 

La Cueva de las Estrellas de Castellar tiene también representados otros motivos del arte rupestre propios del paleolítico superior y que la hermanan con otras cuevas de su entorno. Se trata de trazos sinuosos a modo de macarronis posiblemente aplicados con el dedo (P3); un dibujo en zig-zag de unos 13 centímetros (P4); una agrupación de puntos, algunos de ellos en paralelos que hace pensar que pudiera ser parte de una figura antropomorfa (P5); unos trazos curvos tanto en negro como en rojo (P6); largas series de trazos verticales y horizontales (P7); marcas que hacen recordar manos en positivo (P8); una figura formada por líneas que parecen representar una figura antropomórfica (P9); trazos que los investigadores interpretan como unos cuartos traseros de un animal (P11); las figuras parciales de dos caballos en las que se aprecian la cabeza, el cuello y la parte delantera del cuerpo; una secuencia de trazos realizadas con las manos (P14); y una figura a modo de tridente que podría representar una figura humana (P15). 

Socializar y concienciar


Expertos de distintas disciplinas continúan con las labores de estudio en el conjunto arqueológico chisparrero, que ya está resonando en foros especializados a nivel nacional e internacional. Pertenecen a la Universidad de Cádiz, al Espeleo Club Algeciras, la Junta de Extremadura, la Universidad de Zaragoza, el Museo de Prehistoria de Ardales, la Universidad Isabel I de Burgos y la Universidad de Extremadura. Además de este trabajo de campo, muestran un especial interés por dar a conocer los hallazgos y su importancia. Lo que denominan socializar el conocimiento.

Este conjunto de Castellar presenta un estado de conservación deficiente por los factores naturales: acción del viento, heladas, la seca de la masa arbórea o la irradiación solar. Evitar todo esto es muy complejo, pero hay un factor que pone en riesgos estos patrimonios de nuestros antepasados que sí es más fácil de evitar: el que tiene que ver con el factor humano. Por ello, se considera importante la concienciación social a través de la educación.

Los investigadores de la Universidad de Cádiz realizan publicaciones como la elaborada para la prestigiosa revista Zephyrus, de la Universidad de Salamanca, o la realizada para las V Jornadas de Prehistoria del Campo de Gibraltar.

El Ayuntamiento de Castellar de la Frontera ya colocó una serie de cartelería repartida por el municipio que explica la importancia de la Cueva de las Estrellas en su contexto. Además, continúa trabajando con la gerencia de la finca La Almoraima para que se puedan realizar visitas controladas y supervisadas a la zona. 

Porque esas manos que parecen saludarnos del más remoto de nuestro pasado merecen que, desde el presente y el futuro, le devolvamos el saludo otorgándole el valor que tienen.