
En un primer momento, esta sanroqueña viajó a la capital madrileña con tan sólo 17 años para dedicarse al atletismo de manera profesional. Allí vivía en un centro de alto rendimiento donde entrenaba y, al mismo tiempo, sacaba tiempo para estudiar moda y diseño.
Después de haber trabajado para varias empresas, Elizabeth se armó de valentía y decidió emprender un nuevo camino por su propia cuenta y riesgo: “siempre había estado en mi cabeza la idea de ‘Lovely Room’ pero me faltaba un pequeño empujón. Finalmente conseguí echarle todo mi valor”.
Y aunque los comienzos son complicados y ganarse un hueco en el mundo de la moda no es nada fácil, Elizabeth y ‘Lovely Room’ están pisando fuerte en pasarelas y centros de moda.

Elizabeth se confiesa muy afortunada por “poder trabajar en lo que deseo y confío. Siempre me he sentido orgullosa de todos los pasos que he ido dando en la vida, me siento orgullosa de mi anterior etapa como deportista y ahora por nuestro nuevo proyecto. Vengo de una familia muy humilde en la que el esfuerzo es prioridad para poder avanzar”.
Y así, avanzando con paso firme, “vamos a continuar en nuestra línea, seguiremos con nuestro pequeño atelier, que era nuestro sueño y nuestra idea de venta más personal. En un futuro nos gustaría abrir alguna tienda en alguna capital, pero siempre trabajando desde nuestro atelier”.
Además de la moda y el deporte, Elizabeth es una enamorada de San Roque: “es mi pueblo, mi ciudad, mi gente, mi vida. San Roque es lo más, aunque muchos no estén de acuerdo”.
“De San Roque me gusta todo. Siempre me he sentido muy querida por mi pueblo; en mi vida deportiva nunca me faltó el cariño de todos y en esta nueva etapa como diseñadora tampoco. La gente se ha volcado conmigo, cada vez son más los sanroqueños que vienen a vernos. Así que estamos muy contentos. Es muy gratificante ver cómo tu zona se vuelca y le quiere dar cabida a alguien que está intentando luchar por sus sueños. Le agradezco mucho al pueblo de San Roque”, añade la joven y prometedora diseñadora.]]>