A pesar tener solo 20 años, Luna García está llamada a marcar la historia de nuestro pueblo en el programa "Se llama copla", de Cana Sur, donde participa con notable éxito, contando con el apoyo tanto del jurado como de todo su pueblo, que se ha volcado con esta prometedora voz de la Canción Andaluza.
Según nos cuenta, Luna está "cumpliendo un sueño". Después de pasar a la gran final del programa, que tendrá lugar hoy, sábado, quiso "agradecer a todo el pueblo de San Roque, que está colaborando mucho en las votaciones, a todas esas personas de otros pueblos que me están apoyando, y por supuesto a mi familia y amigos".
La joven artista valora de forma muy positiva su participación por este concurso. "Me está ayudando en muchos aspectos, ya que estoy aprendiendo con profesionales y está sirviendo para que la gente me conozca", afirma. "Se trata de una experiencia única. Es sacrificado porque pasas menos tiempo con tus amigos y familia, y tienes que pasar más tiempo en clases para seguir estudiando. Pero haber entrado en el concurso no lo cambiaría por nada", añade Luna.
Sobre ella, Francisco del Valle, presidente de la Asociación Cultural de la Canción Ligera de San Roque, comentó que "está teniendo la recompensa a la constancia de su trabajo. Además, representa a San Roque en un concurso tan importante como este, lo cual es motivo orgullo para todos nosotros".
Entre la tensión del concurso, el 17 de enero Luna García tuvo la oportunidad de vivir uno de los días más emotivos desde que entró en "Se llama copla". La cantante actuó en el teatro Juan Luis Galiardo junto con la algecireña Naomi Santos y el sevillano Sergio Díaz. "Actuar en mi pueblo supuso una satisfacción muy grande. He actuado en muchas ocasiones, pero sin duda esta fue especial", nos dice.
Por el momento, Luna sigue escribiendo las páginas de su particular historia, una historia que con letras de oro gracias a su dedicación y su pasión por la copla. El premio del reconocimiento por parte de todo San Roque ya lo tiene. Ahora será ella la única que podrá marcarse sus propios límites.
