El futuro del hidrógeno: empleo verde y descarbonización

Isaías Vicente Cera, director Técnico y de Desarrollo de Ópera Green
02 de Noviembre de 2024
El futuro del hidrógeno: empleo verde y descarbonización. Isaías Vicente Cera, director Técnico y de Desarrollo de Ópera Green, participa en el II Foro Industria de 8Directo. Foto: Juan Manuel Galindo.
El futuro del hidrógeno: empleo verde y descarbonización. Isaías Vicente Cera, director Técnico y de Desarrollo de Ópera Green, participa en el II Foro Industria de 8Directo. Foto: Juan Manuel Galindo.

Mucho se ha hablado ya del hidrógeno verde, estandarte de la transición energética y uno de los actores principales de las llamadas moléculas verdes, que jugarán un papel clave en el futuro de la industria y de la humanidad. El hidrógeno verde es solo una de las. moléculas verdes, producidas a partir de fuentes renovables como solar, eólica o hidroeléctrica, que pueden reemplazar combustibles fósiles y facilitar la integración de energías renovables en sectores difíciles de electrificar. En la industria pesada, como el acero y el cemento, el hidrógeno verde ofrece una alternativa limpia para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, en el transporte pesado y marítimo, su capacidad de almacenamiento lo convierte en una solución clave para avanzar hacia una economía libre de carbono.

Junto al hidrógeno, el metanol y el amoniaco verdes también se perfilan como vectores energéticos esenciales. El metanol verde puede utilizarse como combustible en el transporte marítimo, y el amoniaco verde, producido con hidrógeno renovable, resulta prometedor para el almacenamiento y transporte de energía a largas distancias. Estas tecnologías, en conjunto, no solo contribuyen a la descarbonización, sino que proyectan un futuro energético más versátil y sostenible.

El objetivo de estas moléculas es claro: reducir o eliminar las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero, lo cual es esencial para cumplir compromisos climáticos globales y frenar el cambio climático. En este contexto de avances tecnológicos y energéticos, también es fundamental abordar una transformación laboral que va más allá de lo técnico.

La adopción de estas tecnologías cambiará tanto el paisaje energético como el mercado laboral y las habilidades necesarias para llevar a cabo esta transición. Sectores como la industria, la energía y el transporte deberán adaptar su fuerza laboral para integrar estos combustibles y vectores energéticos en sus operaciones diarias. La producción de hidrógeno verde y la creación de infraestructuras para su almacenamiento y distribución generarán empleos en áreas donde antes no existían.

Este nuevo escenario de combustibles y energías renovables demandará empleados con habilidades técnicas especializadas para los que las empresas e industrias deben estar preparadas: desde ingenieros en energías renovables hasta técnicos en electrolizadores y expertos en redes de distribución de hidrógeno. Además de los sectores técnicos, habrá una creciente demanda en investigación y desarrollo para mejorar estos procesos y tecnologías.

El Campo de Gibraltar, con su tradición industrial y portuaria, tiene una oportunidad única de liderar esta transición hacia un modelo energético sostenible si adopta un enfoque proactivo hacia el desarrollo de habilidades y empleos verdes.

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Nuevos empleos producidos hasta 2030 y 2040. Fuente: CEPSA y ManPower Group.

Las empresas deben preparar a sus empleados actuales mediante procesos de reskilling y upskilling, asegurando que puedan adaptarse a nuevos sistemas, tecnologías y exigencias del sector energético. Al mismo tiempo, es crucial implementar un enfoque estratégico de newskilling para capacitar a los nuevos empleados en las competencias necesarias para los retos del futuro. Sin una correcta transición entre los trabajadores actuales y las nuevas incorporaciones, la transformación energética y laboral corre el riesgo de estancarse.

Este proceso de cambio exige compromiso tanto del sector público como del privado y una planificación a largo plazo que contemple las diferencias en tamaño y recursos entre grandes corporaciones y pymes. La flexibilidad, colaboración intersectorial y políticas públicas de apoyo serán fundamentales para crear un ecosistema donde todas las partes contribuyan al éxito de la transición.

En conclusión, la gran pregunta que emerge es: ¿estamos realmente preparados? ¿Tienen las industrias, empresas y administraciones la capacidad de gestionar el cambio que supone esta revolución del hidrógeno verde y del empleo verde? El éxito de la transición energética no depende solo de la tecnología, sino de nuestra capacidad de adaptación. Desde Opera Green, consultora ambiental que tengo el honor de dirigir, abordaremos estas cuestiones junto a actores del sector y administraciones el próximo 5 de noviembre en nuestra III Jornada Opera Green.