María Platero (Algeciras, 1973) es escritora, profesora de Lengua y Literatura, Comunicación y Creación Audiovisual

Las vueltas al cole

Escritora y profesora.
18 de Septiembre de 2025
Las vueltas al cole.
Las vueltas al cole.

EL BARRUNTO. Como acción de barruntar, dice la RAE, que un barrunto es sinónimo de presentimiento, corazonada, pálpito, sospecha, conjetura, y, además, en su segunda acepción, se define al barrunto como indicio y/o/u noticia. Vamos a lo que vamos. 

LAS VUELTAS AL COLE

Arranca este mes sofocante, por muchos motivos, aunque nos empeñemos en reducirlo a un fenómeno escolar. Se vuelve al cole de muchas maneras, sobre todo, porque hay muchos coles. Nuestros parlamentos nacionales y autonómicos cada día se asemejan más al aula de un centro de difícil desempeño, y esto nos retrata a todos. ¿Cómo es posible que se escuchen las descalificaciones que resuenan en cada pleno? ¿Dónde ha quedado la honorabilidad compartida, el respeto, la incomodidad áspera en la certeza de la necesidad de consensuar un acuerdo, un pacto -la obligación de hacerlo-, aunque no se compartan ni ideales ni ideario, ni colores ni pancartas ni panfletos? Nadie escucha y nadie calla. El ruido reina en la pista principal del circo democrático, y al igual que en aquellas aulas de reconocida dificultad, el ciudadano hacinado en la barbarie se intoxica y se desconecta de la realidad, se adormece. Sin embargo, siempre alumbra al docente generoso y entregado, como un rayo que no cesa, ese alumno, esa alumna, que devuelve desde la intemperie de los recursos la mirada de la curiosidad. Haberlos haylos. Sobreviven al veneno de las redes estudiantes que interpelan para buscar respuestas, para encontrarse, que desafían la inercia multimediática que avanza implacable para robarles el alma, la inocencia, y entonces, casi inadvertidamente, con el aroma terroso que emana la tierra tras el impacto de las gotas de la lluvia, sucede lo inexplicable. Vuelve la esperanza. 

Estos días oscuros que nos acechan encierran la duda sobre el significado de una palabra que debería estar en desuso. Deberíamos haberlo logrado. Pero no aprendemos, y si lo hacemos, olvidamos demasiado rápido. Como los alumnos que se abandonan. 

El debate se ha enconado tela marinera. La frágil cinta elástica que nos une como ciudadanos libres, con derechos y deberes, se tensa cada vez más, peligrosamente para la mayoría, y muy, muy, oportunamente para aquellos que solo son capaces de ofrecer confrontación. Barra libre de despropósitos. Los cuernos de don Friolera.

Un momento. Alto ahí. Retomemos la cordura.

Para todos aquellos que quieran saber el verdadero significado del sustantivo masculino singular “genocidio” en nuestro idioma, sin manipulaciones torticeras, tal cual suena, repitan conmigo “genocidio”, seguro que no es la primera vez que lo escuchan, por desgracia… Me dirijo a vosotros, y como siempre les indico a mis alumnos, os exhorto, por favor, a que dejéis de divagar en vano. Buscad la verdad. Insisto. Acudid a nuestra biblia en piedra lexicográfica, que no es otra que el diccionario de la RAE -nuestra insigne Real Academia Española-, a la que ya hemos aludido antes, nada es casualidad. La tarea es sencilla. Solo encontrarán una acepción, una única posibilidad para la noción y el sentido que contiene esta palabra “genocidio”,  y les transcribo fielmente: 

“Exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad.” 

Les ruego encarecidamente que relean esta definición, tan concreta, tantas veces sea necesario. No interpreten, no juzguen, no se resistan. Tómense su tiempo. Pueden hacerlo, aún lo tienen, azarosamente no nacieron en Gaza. Las cosas de la vida. Les tocó la lotería hace años y no se habían dado cuenta hasta ahora.

Sea cual sea el aula a la que hayan regresado tras sus, merecidas -no lo dudo-, vacaciones estivales -o sin ellas, o sin merecerlas-, en este momento, justo ahora, sean conscientes de la evidencia absoluta de los hechos cruentos que acontecen en Palestina. 

Solo somos el recuerdo que quedará de nuestro paso por el mundo. Quieran o no creerlo, puedan o no justificarlo, se atrevan o no a estar de acuerdo, por caridad, por humanidad, busquen dentro de sí mismos. Y respondan, brevemente.

¿En qué estado quieren volver a comenzar un nuevo curso?