La calle más estrecha de Tarifa, ciudad de bellas calles estrechas, surge milagrosamente y solo para unos minutos, cada Jueves Santo en la Calzada. Es la que se forma entre el Nazareno y la Paz durante el Santo Encuentro.
Una calle llena de belleza y de amor, el de una Madre hacia su Hijo, y viceversa. Que se estrecha hasta casi desaparecer, cuando el paso de misterio y el de palio casi se tocan al son de música y músculos. Es un Santo Encuentro de miradas divinas, de plegarias calladas, de misterio infinito. También un encuentro humano, de esfuerzo de los costaleros, de voces de los capataces, de emoción, rezo y saetas. Momentos de grandeza y uno los más bellos de la Semana Mayor.
El Nazareno vira en un movimiento casi marinero y avanza en su procesionar solemne por las calles tarifeñas, seguido de la Paz. A Él lo acompaña la Agrupación Musical Santiago y Santa Ana, de Algodonales; a Ella, la Asociación
musical “Pintor Manuel Reiné” de Tarifa. El callejón entre Cristo y Virgen se ensancha de nuevo y cabe entre ambos una ciudad de promesas. A los dos le siguen hombres y mujeres de fervor, y también miradas curiosas de turistas que ya llenan Tarifa encontrando en el Jueves Santo un motivo más para no olvidarla.
La Venerable y Real Archicofradía de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Paz, un año más, se encuentra con Tarifa y abre a su paso anchas calles de fervor y amor.