La lluvia estropea el Martes Santo de Penas y Dolores

La hermandad del Martes Santo suspende su estación de penitencia por la lluvia tras haber recorrido solo un par de calles del barrio Santiago

26 de Marzo de 2024
https://www.facebook.com/plugins/video.php

La lluvia vuelve a deslucir una nueva jornada de la Semana Santa de La Línea 2024 y obliga a la Hermandad de Penas y Dolores a retroceder a la parroquia de Santiago tras haber recorrido apenas un par de calles de esta barriada. Lágrimas, tristeza y desconsuelo entre los hermanos de esta centenaria hermandad que hoy soñaba con vivir un Martes Santo muy especial, el del su 125 aniversario fundacional. 

Son las 18.00 horas de la tarde, y con salida prevista a las 18.30 horas, los hermanos de Penas y Dolores terminan de prepararse en los salones parroquiales de Santiago mientras la junta de gobierno, atendiendo a las inclemencias meteorológicas, se reúne para decidir si salir o no en estación de penitencia. El mal tiempo parece dar una tregua, luce el sol a media tarde y solo el fuerte viento incomoda la espera de cientos de vecinos, fieles y devotos, que ya se agolpan en los alrededores de este templo. 

Nerviosismo entre la mayoría de los hermanos, inquietud y mucha incertidumbre, que solo consigue aliviar el sentimiento de fraternidad, los momentos de reencuentro y las muestras de cariño entre los miembros de esta hermandad. Sí, se sale. Adelante. Jesús de las Penas y la Virgen de los Dolores se reencuentran así con el pueblo de La Línea y salen en procesión, con la solemnidad y elegencia que acostumbra esta hermandad. Las cuadrillas de costaleros, rezando con los pies, mecen con maestría a sus sagrados titulares. 

Pero solo había pasado una media hora, solo habían recorrido cuatro calles del barrio de Santiago, cuando comienza, otra vez, a chispear. Tan solo por unos minutos, pero aprieta y afloja, aprieta y afloja. Dolores solo había bailado en tres esquinas cuando el chispeo se convierte ya en goterones y la cuadrilla de costaleros pone marcha atrás, desandando lo recorrido. Admirable esfuerzo el de estos costaleros que, sin descanso, sin respiro, dan marcha atrás entre los aplausos de todos los que abarrotaban las calles en esos momentos. El cortejo se deshace. A zancadas. Un, dos, un, dos.

No pudo ser. Con las imágenes de Jesús de las Penas y la Virgen de los Dolores ya protegidas bajo el techo de la parroquia, los hermanos de esta gran familia, entre lágrimas y abrazos, se consuelan soñando con el próximo Martes Santo.