Una hora antes de la salida programada del Cristo de las Tres Caídas y la Santísima Trinidad la plazoleta de la iglesia de San José Artesano está abarrotada, es el fervor de un barrio. A las 18.15 se abrían las puertas del templo en una jornada en la que no ha faltado la incertidumbre por la lluvia, no en vano hablamos de más de ocho horas de recorrido las que tiene por delante esta cofradía.
El Cristo de las Tres Caídas asomaba a su barrio con una levantá dedicada a los que este año no han podido salir. Tras él, imponente, su Madre, la Reina del barrio como reclamaba el capataz, la Virgen de la Trinidad, llevada por 55 costaleras, 'Las Niñas de la Trini' que son ya un emblema en San José Artesano.
"Olé los ovarios de las niñas de la Trini", tronaba la voz de una de las vecinas que esperaban la salida. "Todas a una, ayudándonos", pedía el capataz. Por delante, un recorrido maratoniano. Imponente fue la imagen de los dos pasos atravesando el Parque María Cristina sobre la medianoche, por primera vez.
Al cierre de esta crónica el tiempo seguía dando tregua a esta hermandad que volvía sobre sus pasos para regresar a su templo.