MENÚS: hartarse de comer por diez euros

30 de Enero de 2022
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Una ensalada mixta para abrir boca, un primero y un segundo, el pan y la bebida nunca faltan. Por si queda hueco, un postre y un café. Uno, dos y hasta tres platos para degustar. Las ollas borbotean. Huele a ese caldo, a ese potaje que te recuerda al de casa. En el salón tampoco se para, los camareros van y vienen en modo automático.

La riqueza gastronómica del Campo de Gibraltar también es posible disfrutarla así, a través de la cocina de menú; esa cocina a lo grande que, debido al frenético ritmo diario que seguimos y la buena relación cantidad- calidad-precio de esta forma de comer, está cada día más en auge.

De los trabajadores de la industria...

Localizados tradicionalmente en los polígonos industriales, alejados de los núcleos urbanos, los establecimientos dedicados a esta cocina de menú son un clásico en el almuerzo de los trabajadores de las industrias de esta zona. El Campo de Gibraltar cuenta, entre sus principales focos industriales, con el polígono de Guadarranque y Miraflores, en San Roque, y el de Palmones, en Los Barrios, uno de los más grandes de Andalucía, así como el gigante Puerto de Algeciras, primer puerto de España en tráfico total de mercancías y primero del Mediterráneo.

El trasiego de operarios uniformados, técnicos, ingenieros, ejecutivos, así como empleados indirectos y subcontratados, es continúo en los principales restaurantes de menú de la zona, donde destacan lugares como Los Camioneros, en el polígono industrial Cortijo Real, el Hostal Blumen, en la entrada de Algeciras, y Casa Bernardo, en la principal vía de comunicación de esta comarca, en la autovía A7, a la altura de los polígonos de La Pólvora y Guadarranque, una estación de servicio donde cada día paran decenas y decenas de camioneros con sus pesados vehículos.

El trasiego de operarios uniformados, técnicos, ingenieros, ejecutivos, así como empleados indirectos y subcontratados, es continúo en los principales restaurantes de menú de la zona

Fotografía: Juan Manuel Galindo/Laura García Álvarez.

... a las familias, jubilados y turistas

En estos últimos años, entre la inquietud de los responsables de este tipo de establecimientos y la necesidad de ampliar el negocio, muchos de estos restaurantes de menús se han reinventado, dando un giro a su cocina y abriendo sus salones a una clientela más diversa. Este cambio, por ejemplo, es el que ha experimentado conocidos comedores de menú como Las Salinas, en el polígono industrial de Palmones. Un establecimiento que en 2004comenzó a dedicarse a este tipo de cocina, pero que no fue hasta 2017 cuando una nueva gerencia le dio un vuelco a sus fogones, consiguiendo que hoy sean mucho más las familias y ciudadanos particulares que elijan esta opción de comida cada día. "Ahora mismo, este perfil, las familias y el ciudadano particular son nuestros potenciales clientes. La persona que quiere comer bien por la zona a buen precio”, explican los responsables de Las Salinas.

Precisamente, este tipo de clientela es el que siempre ha llenado el salón de Las Bermudas, un popular restaurante de menú en La Línea de la Concepción. Ubicado más al centro de la ciudad, en la calle Granada, Las Bermudas lleva más de 35 años (1984) atendiendo principalmente afamilias, particulares, jubilados y turistas. “Aunque siempre nos llegan algunos grupos de trabajadores, las familias, la persona que está sola para comer, muchos de ellos jubilados, sobre todo, son nuestros principales clientes”, señala Soraya Murillo, propietaria de Las Bermudas, donde antes de la pandemia, previo convenio con las agencias de viajes, también atendían a grupos de turistas y mayores del Imserso.

Muchos de estos restaurantes de menús se han reinventado, dando un giro a su cocina y abriendo sus salones a una clientela más diversa

Como de la familia

Diferentes tipos de clientes, de gustos y paladares que convencer, pero siempre una misma cocina: la más tradicional. La comida de menú se apoya principalmente en esa cocina que te acaba transportando a la mesa de comedor de la casa de cada uno, que te sabe al puchero de la abuela, a las albóndigas de tu tía o al arroz de tu padre. En sus amplias y variadas cartas de carnes y pescados, verduras y frutas, priman sobre todo las elaboraciones caseras, destacando especialmente los postres: tocino de cielo, pudding, flan de vainilla, natillas o arroz con leche.

Respetando esta filosofía de cocina, la clásica y tradicional, son muchos los restaurantes de menú que han sabido aportar además un toque extra, particular, más innovador. “En Las Salinas tratamos de ofrecer elaboraciones tradicionales con un toque especial, algo más complejo dentro de lo que es una comida de menú. Los platos de siempre, como nunca”, añaden. “La cocina de siempre, con el mimo de siempre y el toque de cada uno”, comenta Soraya.

Las cantidades industriales con las que trabajan estos establecimientos y la cercanía del producto empleado, local y el más fresco, les permite además abaratar precios.

Fotografía: Juan Manuel Galindo/Laura García Álvarez.

La cocina de menú, en cifras

Solo para hacernos una idea, estas son las cifras de dos restaurantes de menú, diferentes, pero con la misma filosofía de cocina. Abierto de lunes a lunes, de 07.00 a 22.00 horas, y contando con 19 trabajadores; ocho en cocina, seis en salas y dos en administración, en Las Salinas sirven una media de 140 comidas al día. Su menú, que ronda entre los 10 y 13 euros, está compuesto por un entrante de la casa, entre seis y ocho primeros platos a elegir, otros seis y ocho segundos acompañados con guarnición de patatas, ensalada o verduras, refresco, postre y café.

Las Bermudas, a pesar de contar con formato de negocio mucho más reducido y familiar tampoco se queda atrás, ofreciendo una media de 50 comidas al día, con la opción de elegir entre 2 primeros platos y entre 45 y 50 segundos, acompañados siempre por pan, ensalada, bebida y postres caseros de elaboración propia. Todo al precio de 10 euros. Ambos establecimientos ofrecen también comida para llevar.

Las cantidades industriales con las que trabajan estos establecimientos y la cercanía del producto empleado, local y el más fresco, les permite además abaratar precios