Los últimos helicópteros iban y venían. Eran los últimos viajes antes de que el sol terminara de esconderse. Los vecinos de El Chaparral evacuados la madrugada del miércoles al jueves por el incendio forestal ya asumían que esta noche de Jueves Santo tampoco iban a poder dormir en sus viviendas. En la Venta Tropezón, donde algunas personas pasan el desalojo obligado, se reúnen muchos de los afectados; también allí se encuentra el puesto de mando avanzado del Infoca. Francisco es uno de las personas que, con poco más que con lo puesto, tuvo que salir junto con su familia ante el avance de las llamas que amenazaba a su casa. "El viento es uno de los problemas, el problema principal es el abandono que tiene esta vegetación; los vecinos decíamos: cualquier día va a pasar algo, cualquier día va a pasar algo... hasta que ha pasado", comenta.
"Pues imagínate, estamos trastornados por la situación, esperando a que todo termine", empieza diciendo. Francisco también es miembro de la Asociación de Vecinos de Beti y relata así la noche en la que los vecinos de El Chaparral tuvieron que abandonar sus casa: "Sobre la 1:45 la Guardia Civil nos avisaron que teníamos que desalojar, entre los vecinos nos llamábamos, y salimos corriendo, cogiendo lo poco que teníamos. Fue de película". A esas alturas de la madrugada, asegura, "las llamas pasaban la sierra de Betis a la zona de El Chaparral, y veíamos que iba a llegar con el viento".
Francisco entiende que "el viento es uno de los problemas", pero asegura que "el problema principal es el abandono que tiene esta vegetación". "Si no se conservan las rayas del monte para poder cortar el fuego... Por ahí no se puede ni caminar, y los vecinos lo comentábamos, que cualquier día iba a pasar algo, hasta que ha pasado", explica. En la zona hay montes de titularidad pública y también fincas privadas. "Hay mucho monte y mucha maleza y no se limpia. La Asociación de Betis ya hemos dicho que hay que limpiarlo, el ayuntamiento de Tarifa o la Junta, y a los propietarios privados la Junta debería exigir que mantengan las rayas, por lo menos a las viviendas de sus vecinos para que impida que el fuego llegue a las casas", afirma.
Sobre el dispositivo puesto en marcha y las tareas del Infoca, comenta Francisco que "algunos pensamos que no se ha hecho todo lo correcto", pero entiende que "habría que ver el viento, la meteorología, que es una zona difícil de acceder a algunos lugares del incendio...". Tanto es así que apunta que durante la noche del miércoles al jueves no había, como se aseguraba, 70 personas trabajando en el incendio forestal, al menos en la parte del Monte de Betis, "que es donde está el fuego". "La gente del Infoca se fue, bajaba diciendo que no podían", agrega.
A Francisco un amigo le ha dejado una habitación, otros se encuentran en la asociación de vecinos o en la venta. "Fue un susto tremendo, además la mayoría tenemos animales, los caballos lo soltamos y unos están sueltos, no sé donde están, y otros en una finca que llega hasta la playa de Bolonia. Algún vecino me dice que los ha visto, pero yo no sé nada de ellos", se emociona,