A punto de concluir la temporada de verano en Tarifa y con la entrada de septiembre, el sector turístico hace balance. 8Directo ha reunido a representantes de los distintos sectores económicos relacionados con el turismo para realizar una radiografía de los meses de julio y agosto y poner el acento en las demandas y mejoras para impulsar el principal motor de desarrollo y empleo del municipio.
Y es que el verano de 2024 ha sido "extraño y atípico", según los datos y percepciones recogidas por la Federación de Asociaciones de Empresarios de Tarifa. Así lo expone la hostelera Paola del Castillo: "Ha sido un año extraño desde el punto de vista del alojamiento. Julio ha sido un poco catastrófico, aunque agosto a partir del 15 se ha normalizado". Un balance con el que coincide Juan Castro, empresario del sector de la restauración, e Irina Ferrater, representante del comercio. Para Ferrater "julio ha sido un desastre total y agosto tampoco ha sido bueno para las tiendas". Los deportes de viento, puntal en el turismo tarifeño, también han notado el descenso en la afluencia de turistas en este verano. Así lo refiere Carlos Manrique, quien tiene puestas las esperanzas en remontar en septiembre y octubre.
La Federación de Asociaciones de Empresarios de Tarifa expone que el perfil del turista también ha comenzado a variar. El visitante es más susceptible al precio y espera a última hora para reservar buscando la oferta, lo que dificulta a los establecimientos hoteleros el verano al no poder trabajar con previsión. Que el turista mire más el bolsillo también ha supuesto un problema para las escuelas de kite y de deportes relacionados con el viento, al tratarse de un producto caro y específico.
El comercio es otro de los sectores más dañados por la contención del gasto del visitante. Ferrater pone la atención en este punto en la ausencia del turismo familiar. "Echamos de menos un público más familiar en julio y agosto. Hemos notado muchos grupos de jóvenes, buscando fiesta. No hemos visto al turista que pregunta por actividades qué hacer en el pueblo y compra en las tiendas. El día de ventas arranca muy tarde y es debido a la presencia de un público muy joven", señala.
En esta apreciación sobre el perfil del turista está de acuerdo Manrique quien asegura que "el público ha sido más de botellón y de ocio nocturno y lo hemos visto reflejado en los cursos de kite con menos gente en la playa". "Hay que intentar no monopolizar el tema de la noche y darle más calidad al día a día del turista. El turista encuentra precios muy altos y servicios muy bajos y prefiere irse a otras zonas turísticas con más equilibrio", reflexiona.
Del Castillo afirma que en el sector hostelero han echado de menos a los visitantes madrileños y que los extranjeros, que suelen venir a Tarifa en mayo o junio, han venido este año en julio y agosto.
Sobre el turismo de 'botellón' y su relación con Tarifa, Juan Castro rompe una lanza: "Tarifa no es solo un destino de borrachera. Sí es cierto que estamos perdiendo el turismo familiar pero yo creo que es porque los demás municipios de Cádiz se han puesto las pilas en cuanto a ofrecer unas buenas infraestructuras".
Y es que la falta de infraestructuras es el talón de Aquiles de no solo Tarifa sino del Campo de Gibraltar. La ausencia de una autovía a Tarifa y el peso de soportar una población que se multiplica por cinco o seis en verano con un presupuesto municipal para 18.000 habitantes lastra que el turismo familiar visite la ciudad.
"Mejorar las infraestructuras es importante, tenemos reuniones constantes sobre este asunto". Hay que avanzar en el tema de basura, por ejemplo, tenemos que trabajar todos, el Ayuntamiento, los empresarios que den servicio de calidad y el pueblo tiene que ver al turismo como algo positivo. Imaginaros el pueblo sin turismo", apunta del Castillo.
Ferrater va más allá y demanda ayudas supramunicipales para Tarifa. "No podemos ser el lugar de veraneo de la comarca sin ayudas. No se puede aguantar el volumen de población con este nivel de infraestructuras, basura, playas... es una demanda histórica".
"No podemos negar que en Tarifa hay masificación turística. 650.000 visitantes en el municipio el año pasado, multiplicar por cinco y lo mantenemos con un presupuesto de 18.000 habitantes. Los ayuntamientos lo tienen muy complicado a la hora de dar los servicios que se necesitan, no podremos avanzar sin ayudas supramunicipales", coincide Castro.
A todos estos problemas se ha sumado en la última década la presencia del alga invasora. Un asunto que lejos de solucionarse va a más. La presencia del alga asiática no solo perjudica, y mucho, al sector pesquero, sino que también tiene su repercusión en el turismo.
Manrique muestra su preocupación al respecto: "La Isla se acumula gran parte de las algas, normalmente dábamos clases de surf ahí, ahora es imposible. En unos días se celebran los campeonatos de surf aquí, veremos a ver qué pasa. Es cierto que el Ayuntamiento ha invertido dinero para retirarlas, pero es una cuestión natural que va a estar y tendremos que adaptarnos o buscar una solución alternativa".
Por su parte, Castro considera que la valorización del alga es clave para poder paliar el problema, un asunto que llevan tratando en la mesa del alga, en la que Tarifa es pionera.
La representante de los hosteleros reconoce que "no es algo positivo, da mala imagen. Catalogarla como catástrofe natural, debe ser urgente".
Sin embargo, a pesar de todos estas dificultades y aspectos a mejorar Tarifa siempre va a estar de moda. Su ubicación privilegiada, entre dos parque naturales y dos continentes, y su diversa oferta en cuanto a turismo lo convierten en un destino único.