La Palma se reencuentra con los algecireños en el templo de El Rinconcillo

De las profundidades de la ensenada de Getares hasta El Rinconcillo, la Patrona de Algeciras se erige protagonista de una romería única que congrega a miles de personas en un día que es tanto fiesta como devoción

Francis Mena
Periodista
15 de Agosto de 2025
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Patrona en la tierra y en el mar. De día y de noche. En el epicentro de la ciudad y en la orilla de su litoral. La Virgen de la Palma reina como fervor y como tradición en Algeciras. Si en la jornada de ayer procesionaba la imagen titular entre la devoción de su pueblo, hoy la talla que habita todo el año en las profundidades de las aguas algecireñas ha emergido para el reencuentro con decenas de miles de personas en El Rinconcillo. Esa que es más que una playa y que cada 15 de agosto se convierte en un templo

La Romería Marítima de la Virgen de la Palma es esa festividad, declarada de Interés Turístico de Andalucía, que es una y muchas. Es la pasión de la Sociedad Federada de Pesca Deportiva El Mero, su alma y corazón; es fevor religioso de muchos, la curiosidad que asombra del visitante, y el orgullo de algecireño de tantos. Todo cabe en un arenal que es un mar de sombrillas de colores casi desde las primeras horas de la mañana. 

En otro punto de la ciudad se preparan los buzos de El Mero para un rescate: son los encargados de hacer emerger la talla del fondo. También los barcos de la sociedad, que con alegría se hacen a la mar. En una pequeña embarcación, dos sanroqueños y un linense se estrenaban en la romería. "Romería en tierra hay muchas, pero esto es diferente", decía uno de ellos. En un punto de la ensenada de Getares, rodeado de barcos de recreo, se lanzan los buzos y se hace la calma. Tiempo de espera hasta que una boya amarilla indica que ya tienen a la Patrona que, impaciente, emerge desde los 13 metros de profundidad. En el barco que será su altar durante unas horas, engalanado de palmas y banderitas de Algeciras, comienza el juego de cabos y brazos para subir la talla a bordo. "Se ha roto el cabo justo cuanto estaba encima del barco", dice uno de los tripulantes queriendo advertir milagro. 

Decenas de barcos siguen la estela de la Patrona. De Getares a El Rinconcillo pasando por el Puerto de Algeciras, entre gigantes portacontenedores y los buques de pasajeros que obliga a detener la comitiva. En la otra playa espera el pueblo. Puntual, a las 13:00 horas, comienza a desembarcar la Virgen en mitad de la algarabia, una lluvia inversa lanzada por pequeños y mayores al paso del trono y al paso del alcalde y concejales, y de cualquiera que pase. La alegría con tintes festivos da paso, al paso de La Palma, a la emocionó que se hace lágrimas. La Patrona toca tierra entre salve y vivas, y se sitúa en su altar por donde pasan miles de personas a lo largo de todo el día. 

En la playa, un día grande entre juegos, amigos, familias, música, comidas, fiesta... una romería especial que se alarga hasta la noche, cuando Algeciras se despide hasta el próximo 15 de agosto de una tradición que crece y crece, también en emoción