El olor a incienso invita a pasar a la pequeña Parroquia de San Isidro. Al fondo se encuentra el Señor de Algeciras, el Medinaceli.
La Parroquia de San Isidro acoge otro año más uno de los actos más importantes en Algeciras, el besapié al Medinaceli. Sin embargo, este año el besapié será sustituido por la Solemne Veneración a Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli.
El Consejo de la Junta de la Hermandad ha tomado la decisión de no celebrar el besapié debido a la COVID-19, que "todavía está patente", según confirma para 8Directo el hermano mayor de la Venerable Cofradía Salesiana de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Cautivo (Medinaceli) y María Santísima de la Esperanza, Raúl Ocaña Pacheco.
A pesar de ello, este año el Medinaceli luce estos días su aspecto original, tal y como lo concibió el imaginero Bravo Nogales en el año 1944, recuperando las potencias en sustitución de su habitual corona de espinas. La Hermandad del Martes Santo ha decidido, tras siete décadas, que presente esas potencias, de estilo barroco y plata sobre dorada y swarovski, realizadas por el orfebre linense José Ismael Moya en la localidad sevillana de Dos Hermanas.
Desde las 8.30 hasta las 20.00 horas, decenas de personas visitan la iglesia para venerar al titular de la Venerable Cofradía Salesiana de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Cautivo Medinaceli y María Santísimo.
Mujeres con carros de la compra, niños acompañando a sus abuelas y algunos jóvenes se han dejado caer a esta iglesia del centro de Algeciras a primera hora de este viernes. Además, otros asistentes como el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, y los tenientes de alcalde delegados de Seguridad Ciudadana, Jacinto Muñoz Madrid, y de Educación, Javier Vázquez Hueso, también han asistido en la Solemne Veneración a Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli.
El incienso que no solo impregna el interior de la iglesia, sino que este olor se esparce por cada una de las calles de la barriada algecireña de San Isidro, guiando a los más fieles, cofrades y demás visitantes a la pequeña parroquia.
La devoción hacia el Medinaceli se ve reflejada en la mirada de los asistentes, quienes sentados en alguno de sus bancos, observan y piden al Medinaceli. Muchos de los devotos les solicita al Medinaceli salud o mejoría para algún familiar, mientras que otros le piden que les siga cuidando. Para la mayoría de los algecireños, este acto tan tradicional es una cita anual a la que no pueden faltar.
A pesar de ello, la devoción, el fervor y la emoción inunda tanto la Parroquia de San Isidro como todos los rincones de Algeciras.
