El Campo de Gibraltar, excepto Tarifa, ya se encuentra inmerso en las restricciones de agua ante la situación de sequía. El director general de la empresa pública Arcgisa, José Manuel Alcántara, ha pasado por el plató de 8Directo para aclarar algunas de las cuestiones que preocupan a los ciudadanos. Ha asegurado que estas medidas se podrían endurecer a partir de febrero si la situación no mejora y en ningún caso se retirarán hasta que Charco Redondo y Guadarranque superen los 41,5 hectómetros cúbicos de agua almacenada, que actualmente está en 38. “Encima de la mesa están todas las alternativas porque la situación puede llegar a ser muy critica, desde las desaladoras portátiles hasta traer agua por barco”, expresa.
El responsable de Arcgisa asegura que con el agua que actualmente hay embalsada y con estas medidas que hoy entran en vigor, “si hacemos las cosas bien deberíamos pasar este año hidrológico, pasar el verano hasta el mes de octubre”. “Ese es el objetivo, que tengamos recursos y el menor impacto posible para los ciudadanos y para la economía hasta el próximo otoño”, añade.
Insiste en que, desde la sequía de principios de los 90 hasta ahora se ha hecho mucho en política de gestión del agua y que gracias a eso se ha podido aguantar a pesar de la poca lluvia en la zona. El próximo mes de febrero habrá una nueva mesa de sequía y, dependiendo del escenario y de los niveles de los embalses, se decidirá incrementar los horarios de las restricciones.
Preguntado sobre las desoladoras como posible solución a corto-medio plazo, Alcántara es claro: “La desoladora es un recurso pero para nosotros en orden de prioridad está por debajo de la opción de aguas regeneradas porque estas tiene un coste económico y medioambiental menores; el agua desalada es una opción, como también lo es en último extremo el transporte de agua por barco. En esta situación en la que estamos, no sólo nosotros, también la Junta, se estudia todas las alternativas”.
El director general de Arcgisa considera que la solución definitiva pasa por las aguas regeneradas y por la construcción de la presa de Gibralmedina, proyectos que podrían garantizar agua para la comarca por 70 u 80 años.