Roja Directa exige justicia y acción política inmediata ante la investigación al obispo de Cádiz

Desde Roja Directa Andalucía LGTBI se ha habilitado una línea de contacto confidencial y segura para personas que hayan sido víctimas de abusos sexuales o de “terapias de conversión” vinculadas a la Iglesia o a cualquier otro entorno

10 de Noviembre de 2025
La sede de Roja Directa. Imagen de archivo.

La Asociación Roja Directa Andalucía LGTBI ha expresado su absoluta indignación ante la investigación abierta al obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, por presuntos abusos sexuales y por haber impulsado o encubierto “terapias de conversión” dirigidas contra una víctima por su orientación sexual.

"Lo ocurrido no es un hecho aislado: es el reflejo más oscuro de una estructura eclesiástica que ha silenciado, manipulado y vulnerado los derechos humanos del colectivo LGTBI+ durante décadas. Las “terapias de conversión” son tortura psicológica, prohibidas por la ONU y rechazadas por todas las organizaciones sanitarias del mundo", han sentenciado desde la organización.

Roja Directa Andalucía LGTBI ha exigido que la investigación se desarrolle con transparencia total y sin privilegios eclesiásticos. "Si se confirman los hechos, exigimos la inhabilitación inmediata del obispo y el reconocimiento público del daño causado", han expuesto desde la organización. 

"No hay justificación religiosa, moral ni cultural que ampare prácticas que buscan borrar lo que somos -terapias de conversión-. Exigimos sanciones ejemplares a quienes las promuevan o faciliten, sea dentro o fuera de la Iglesia", ha solicitado la asociación, que ha pedido de este modo la actuación inmediata de la Junta para tomar todas las medidas legales necesarias para frenar y sancionar cualquier terapia de conversión en Andalucía.

Desde Roja Directa Andalucía LGTBI se ha habilitado una línea de contacto confidencial y segura para personas que hayan sido víctimas de abusos sexuales o de “terapias de conversión” vinculadas a la Iglesia o a cualquier otro entorno.

“Las llamadas terapias de conversión son tortura. No vamos a permitir ni un segundo más de silencio, ni un solo abuso más cubierto por un hábito o una sotana. Exigimos que la Junta actúe, que la justicia actúe, y que la Iglesia asuma sus crímenes", ha concluido la asociación.