Los trabajadores de Acerinox de la factoría de Palmones alcanzan este miércoles su tercera jornada de huelga indefinida. Una jornada que se espera algo más sosegada y tranquila que la del día de ayer, en el que más de 600 empleados participaron en una marcha sobre los puentes de la autovía A7, coincidiendo además con la tractorada de ganaderos y agricultores en contra de la política agraria, y que dificultó por momentos la circulación en la zona. La plantilla en huelga inicia la mañana apostada en los accesos a la factoría, que continúan cortados con varios obstáculos sobre la calzada y solo se permite el acceso a los servicios mínimos.
Una jornada de más calma previa a la reunión prevista mañana jueves, 8 de febrero, en el Sercla (Sistema Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales en Andalucía) tras la denuncia de la compañía sobre la "ilegalidad" de esta huelga al considerar que estas protestas "rompen la paz social" en mitad de una negociación. Desde la empresa destacan que acuden a esta encuentro con "voluntad y margen de negociación", dispuestos a seguir dialogando.
Este espíritu también lo comparten desde la propia plantilla de trabajadores: "Nosotros estamos siempre abiertos a dialogar", ha señalado a los micrófonos de 8Directo, José Antonio Valencia, secretario del sindicato ATA y portavoz del colectivo. "Los trabajadores están secundando la huelga, están animados y dispuestos a seguir luchando, muy concienciados. Hay una unidad que no la ha habido en más de 50 años. Esto es un antes y un después para que sepa la compañía que no se puede jugar con nuestros derechos", añade. A lo largo del día de hoy, hay previstas varias reuniones internas entre los trabajadores en huelga.
Sobre la denuncia de la empresa acerca de la "ilegalidad" de estas protestas, los trabajadores defienden que la huelga cumple con toda la documentación y requisitos. "Nos acusan de romper la paz social que se firmó en un Sercla en abril, pero han sido ellos mismos quienes han roto esta paz enviando una carta en julio para romper la mesa de negociación. Llevan desde este verano que no se quieren sentar con nosotros y encima obligando a los trabajadores a coger las vacaciones cuando ellos han querido, sin respetar un calendario y unos acuerdos de principios de año", destaca Valencia.
La disponibilidad y flexibilidad horaria es, precisamente, uno de las asuntos en conflicto entre la compañía y los trabajadores. "Nos exigen una disponibilidad por debajo de los estatutos de los trabajados, y ya es que no son exigencias son imposiciones". Los trabajadores demandan además una subida salarial acorde al IPC. "Llevamos muchos años perdiendo poder adquisitivo. Además, un 33% de nuestro salario está expuesto a una prima de producción que controla la empresa y lo que pedimos es que el mínimo de esta prima sea más alto, queremos tener un sueldo fijo y no tan variable, un salario en función a lo que trabajemos y que no lo controle la empresa a su beneficio", explican. "Es importante recalcar que no queremos más, que queremos lo justo y mínimo exigible. Nos hemos empobrecido y estamos en esta lucha para que no nos arrebaten lo que ya tenemos, para no volver atrás", comparten también desde el sindicato USO.