El Cristo del Amor recorre las Doscientas en un Martes Santo lluvioso

El Cristo del Amor se queda este Martes Santo en su barrio de las Doscientas. La lluvia impide que el Vía Crucis del Santísimo Cristo del Amor realice su tradicional recorrido y la imagen procesiona solo por el interior de la barriada Nuestra Señora de Fátima

Sofía Furse.
Periodista
27 de Marzo de 2024
El Cristo del Amor recorre las Doscientas en un Martes Santo lluvioso. Directo

El Cristo del Amor se queda este Martes Santo en su barrio de 'Las Doscientas'. La lluvia impide que el Vía Crucis del Santísimo Cristo del Amor realice su tradicional recorrido y la imagen procesiona solo por el interior de la barriada Nuestra Señora de Fátima, desarrollando este acto litúrgico por los soportales de la plaza.

El mal tiempo vuelve a deslucir una jornada más de esta Semana Santa y obliga a adaptar el tradicional itinerario del Vía Crucis del Cristo del Amor; por las calles de la Villa de Los Barrios hasta la Iglesia de San Isidro. Aun así, numerosos fieles han acompañado con fervor a esta imagen, primero en la misa y luego en el Vía Crucis, al que también han asistido concejales del equipo de gobierno y de la corporación municipal. 

Este Vía Crucis del Cristo del Amor, conocido popularmente como el Cristo de los Gitanos, ha dedicado una estación de penitencia a la mujer del alcalde, Miguel Alconchel, que atraviesa una enfermdad. Hoy Los Barrios se ha acordado de Eva y del alcalde. 

El Santísimo ha salido sobre las 20.15 horas de la Capilla de la Virgen de Fátima, en la barriada de las Doscientas, a hombros de los cargadores y cargadoras que con esfuerzo y al unísono han levantado los casi cien kilos que arroja.

Con cuidado, paso a paso, dedicación, esfuerzo. Costaleros y costaleras de Los Barrios y cofrades de La Línea han cargado sobre sus hombros al crucificado, apoyados en almohadones. En su conjunto arroja un peso aproximado de unos cien kilos. 

Un año más el Cristo, que llegó a la Villa en 1990 tras recorrer la ciudad de La Línea, ha salido de su templo, no sin dificultades por el tamaño que presenta la talla del imaginero Antonio Begijar. Pese a que la lluvia ha acortado el recorrido y no ha podido visitar a su paso como es tradicional la Parroquia de San Isidro Labrador, vecinos y vecinas han acompañado en el interior de la barriada a este Cristo que tantas pasiones despierta. 

El Cristo del Amor impone sólo con verlo. Su tez morena, brillante, sus rasgos, su pelo natural con ondas de color negro como el tizón, sobre el que yace una sencilla corona de espinas. Da la impresión de estar sereno, vestido con un paño de pureza beige con un cordón en oro y que estrena esta Semana Santa. Resaltan sus costillas marcadas. La posición de sus dedos crucificados. Una agonía profunda que llega al alma. Y no es de extrañar. Sus ojos cristalinos te persiguen allá donde vayas. 

Se trata de la segunda imagen de Los Barrios a la que la lluvia impide disfrutar con normalidad de esta Semana Santa. Borriquita y Estrella se quedaron este Domingo de Ramos en la parroquia de San Isidro debido a la lluvia.