Convertir a La Línea de la Concepción en un referente tecnológico europeo es el objetivo del proyecto LLG4IR, que busca transformar el municipio linense en un polo de innovación ligado a la cuarta revolución industrial. Inteligencia artificial, satélites, blockchain, ciberseguridad y computación cuántica serán pilares de este “Silicon Valley del Campo de Gibraltar”. En esta entrevista, Carlos Moreira Creus, fundador, presidente y director ejecutivo de WiseKey y LLG4IR, explica cómo su proyecto pretende cambiar la imagen de La Línea, convirtiéndola en un modelo de innovación e industria avanzada.
—¿En qué consiste exactamente el proyecto LLG4IR?
—El LLG4IR es, en esencia, un plan para transformar a La Línea en un referente tecnológico europeo. Queremos que deje de ser reconocida únicamente por sus problemas sociales o de empleo y pase a ser vista como un polo de innovación y futuro. Aquí trabajaremos con las tecnologías que están marcando la agenda global: inteligencia artificial, satélites, blockchain, ciberseguridad o computación cuántica. Dicho de forma sencilla: es como traer un Silicon Valley al Campo de Gibraltar. Esto lo estamos haciendo en varios países, incluyendo el proyecto que acabamos de lanzar en Murcia en cooperación con el gobierno español.
— Desde que se presentó en julio, ¿cómo ha evolucionado?
— A gran velocidad. La red de satélites WISeSat sigue creciendo. La primera estación ya funciona en la azotea del Ayuntamiento conectada a otras antenas que tenemos en Suiza, y hemos abierto conversaciones con universidades y empresas para arrancar proyectos concretos en logística inteligente, internet de las cosas y ciberseguridad. Hemos presentado el proyecto en el foro mundial de Davos y estamos actualmente hablando con MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts) al cual le interesa mucho el aspecto transfronterizo. No es un plan sobre el papel: ya está en marcha.
—¿Cuándo notará el linense este proyecto en su vida diaria?
—Muy pronto. En dos o tres años ya se crearán nuevos puestos de trabajo y programas de formación. En unos cinco años se instalarán más empresas y surgirán oportunidades para los pequeños negocios locales. Y en una década el cambio será estructural: La Línea podrá presentarse como un referente tecnológico europeo.
—¿Se han cerrado colaboraciones con universidades o hubs tecnológicos?
—Sí, estamos en conversaciones avanzadas con universidades españolas, estadounidenses y europeas. La idea es que la investigación salga de los laboratorios y llegue a La Línea. También estamos hablando con hubs de innovación de todo el mundo para que establezcan delegaciones aquí.
“El LLG4IR es un plan real, no un proyecto sobre el papel: ya tenemos satélites operativos, acuerdos firmados y conversaciones avanzadas con universidades y empresas internacionales”
—Usted dice que son los primeros en invertir en La Línea en este ámbito. ¿Han despertado interés de otras empresas?
—Sin duda. Desde que anunciamos el proyecto, varias compañías tecnológicas y del sector logístico han mostrado interés en instalarse o colaborar. Este efecto llamada es lo que puede realmente transformar la economía local. También estamos contactando a fondos europeos y la agencia española SETT. ES que ha cofinanciado con nosotros el proyecto en Murcia y queremos repetir la operación La Línea de la Concepción.
—¿De cuántos puestos de trabajo estamos hablando?
—En la primera fase hablamos de entre 25 y 50 empleos directos, más muchos indirectos. Pero con la evolución del ecosistema, superaremos sin dificultad el millar de puestos de trabajo.
—¿Qué oportunidades habrá para las pymes locales?
—Muchísimas. Habrá contratos de servicios, mantenimiento, energía, telecomunicaciones, logística… La idea es que las pymes locales formen parte del tejido del proyecto. No queremos que LLG4IR sea una burbuja, sino un motor de crecimiento para toda la ciudad. El centro actúa como un hipocentro tecnológico que le permite las empresas de poder desarrollar sus pros y tener que invertir enormes sumas creando infraestructura. Es el enchufe de la cuarta revolución industrial.
—¿Cómo impactará esta iniciativa en otras industrias de la comarca como Acerinox o el Puerto de Algeciras?
—Les dará un plus de innovación. En el Puerto, por ejemplo, podremos aplicar contenedores inteligentes conectados por satélite para mejorar seguridad y logística. Ya tenemos acuerdos firmados con la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA) y formamos parte de su comité de innovación, lo que nos permite trabajar en soluciones prácticas para uno de los principales puertos de Europa. En industrias como Acerinox, la digitalización y la trazabilidad serán claves para mantener competitividad. Unas de las características del proyecto La Línea es tener capacidad postcuántica que permite a otras empresas y organizaciones, la región de beneficiar de esta tecnología de puntas desarrollada por SEALSQ, nuestra empresa de semiconductores en Suiza.
"El carácter transfronterizo del proyecto es clave: La Línea y Gibraltar juntas pueden competir mejor en los mercados internacionales"
—¿Qué otros proyectos industriales concretos se pueden esperar del LLG4IR?
—Estamos en negociaciones avanzadas con Trade y nuestro partner, Global Radio System, para instalar en La Línea una planta de ensamblaje de terminales de radiocomunicación híbridos de cuarta generación, que sería un referente europeo. Este proyecto se suma a la planta de fabricación de dispositivos post-cuánticos ya prevista, lo que demuestra que el LLG4IR no es solo investigación, sino industria real que genera empleo y riqueza. También actualmente hay mucha financiación para el tema del espacio y hemos entrado en acuerdos con PLD Space, empresa española líder en lanzamiento de cohetes, para tener una cooperación también en la fábrica de satélites que tenemos planteada.
—¿Y en la relación con Gibraltar?
— El centro es transfronterizo por definición. Queremos que empresas de Gibraltar y La Línea trabajen juntas, compartiendo infraestructuras y proyectos. Es un paso clave para reforzar la cooperación a ambos lados de la Verja. Eso es de interés mutuo, pues las características de las dos localidades son complementarias y necesarias para poder competir en los mercados internacionales.
“En dos o tres años empezaremos a ver los primeros empleos directos, y en una década el cambio será estructural"
—¿Qué ofrecerá exactamente LLG4IR dentro de su actividad en La Línea?
— El LLG4IR será un hub transfronterizo de innovación industrial y tecnológica. Desde aquí se ofrecerán: fabricación avanzada (hardware postcuántico y terminales híbridos de radiocomunicación); conectividad satelital segura gracias a la constelación WISeSat y a la estación terrestre local; servicios de innovación aplicada en logística inteligente, trazabilidad industrial, puertos conectados y ciberseguridad; formación y empleo (programas de capacitación tecnológica y generación de cientos de puestos de trabajo).
En otras palabras: LLG4IR convertirá a La Línea en un lugar donde no solo se habla de innovación, sino donde se fabrica, se investiga y se aplica directamente la tecnología de la cuarta revolución industrial. La Línea será interconectada a un corredor cuántico que estamos desarrollando con conexiones en Murcia, Barcelona, Provence en Francia y Grenoble llegando todo hacia Suiza.