Algeciras nunca se había tomado con absurda competitividad ni gravedad el alumbrado navideño. Lo había, y se disfrutaba sin más. La Navidad en la ciudad siempre brilló con luz propia. Casi desde la noche de Tosantos, con los sones de las rondallas —ahora tristemente desplazadas por las zambombas—, con el ambiente de sus calles, con la gran fiesta de la mañana del 24 o con el genuino Arrastre de Latas.
Desde hace unos años, posiblemente desde aquella celebrada catedral de luces de 2018, el día del encendido levanta una enorme expectación. Hasta ahí, bien. Pero ahora parece que Algeciras compite consigo misma y con otras poblaciones, hay expectativas y también más ojos analíticos. Este año, ante el retraso en el montaje, había quien incluso auguraba una Navidad a oscuras, deslucida, en la ciudad.
Al final, se hizo la luz. No es la iluminación más espectacular de los últimos años ni del mundo, pero Algeciras volvió a lucir en la bienvenida a las fiestas navideñas. Una enorme bola iluminada, arcos de luces, confetis, novedosos fuegos artificiales (tal vez para añadir esa espectacularidad que sí tuvo en otras ediciones) y actuaciones, aunque, lástima, no de nuestras rondallas.
Pero lo mejor, cómo no, estaba a pie de Plaza Alta: la gente. Niños, especialmente, y mayores de todas las edades que no dejaban de hacerse fotos, cantar, bailar, jugar con la animación -kiss cam incluída- y echar un buen rato para dar la bienvenida a las fiestas.
Y momentos que dan más lustre que cualquier alumbrado: personas de diferentes culturas, etnias, procedencias y creencias reunidas, viviendo con alegría, normalidad y fraternidad la noche. La integración en la Algeciras de las más de 120 nacionalidades. Y todo en un lugar donde hubo (y todavía hay) quienes quisieron hacer a saber qué guerra. Mujeres con velos (hiyab) haciéndose selfies y fotos a sus pequeños; otras bailando y cantando villancicos junto a amigas con melenas al aire.
Escenas que representan, por encima de las bombillas de Ximénez, el verdadero espíritu navideño y algecireño.