La lluvia desborda el fervor por el Medinaceli

El mal tiempo impide a la Cofradía de Medinaceli y Esperanza hacer estación de penitencia este Martes Santo, a lo que cientos de fieles responden con una nueva muestra de amor hacía el Señor de Algeciras

Francis Mena
Periodista
26 de Marzo de 2024
La lluvia desborda el fervor por el Medinaceli. La plazoleta, llena de fieles que esperan para entrar a ver a los titulares. Foto: Francis Mena/8Directo.
La lluvia desborda el fervor por el Medinaceli. La plazoleta, llena de fieles que esperan para entrar a ver a los titulares. Foto: Francis Mena/8Directo.

La lluvia cumplió su amenaza y cayó sobre el Martes Santo de Algeciras dejando cautivos en el templo de San Isidro al Cristo del Medinaceli y a la Virgen de la Esperanza. Y a un pueblo esperando, bajo el agua y un cielo caprichosos. La lluvia cayó y emborronó ilusiones y ojos pero también desbordó la plazoleta de fervor y pasión de una ciudad hacia su Señor. Una muestra más y diferente de lo que significa el Medinaceli para la ciudad de la Bella Bahía.

Otra jornada colgado del hilo de la esperanza de que las previsiones se equivocaran, como tantas veces en este rincón del Sur. No fue así. A las 20:00, con lluvia, llegó la primera decisión: el hermano mayor de la cofradía, Raúl Ocaña, todavía entero, comunicó que se aplazaba la salida a las 21:00, con una reunión del cabildo de agua media hora antes para decidir. 

En esa hora no se movía nadie en San Isidro, con o sin paraguas, pero con esperanza. Dentro se barajaba acortar el recorrido, se miraba el móvil y al cielo. “Mira lo que viene por ahí”, nos señalaba una penitente a la negrura de poniente. Pasada la hora y las cábalas se empezó a sentir el nerviosismo. Una niña dio una pista cuando dejó escapar un lamento y empezó a asomar unas lágrimas al filo de sus ojos. Varios costaleros entraron chorreando. El hermano mayor volvió a subir al púlpito y su voz rota era otra señal clara. Sacó fuerzas y dijo que no había procesión ni este Martes Santo ni el Miércoles Santo, a pesar de que esta cofradía tiene permiso del obispo para hacerlo. En el 80 aniversario de la llegada del Medinaceli al barrio, el Cautivo hacía honor a su nombre por una lluvia que, paradójicamente, es a la vez imprescindible e inoportuna.

"La decisión es acertada", dijo el presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías de Algeciras. Decisiones hecha con la cabeza más que con el corazón que engrandecen a una cofradía. Los llantos se derramaron, se hicieron eternos los abrazos. Lo fueron los del hermano mayor con otros miembros de la junta de gobierno. La Venerable Cofradíaa Salesiana de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Cautivo Medinaceli y María Santísima de la Esperanza se guardó el dolor para preparar los pasos y la Capilla de San Isidro para abrir sus puertas y recibir a los fieles. Si el Medinaceli no va a las calles, las calles van al Medinaceli, así desafiando la física y la lógica. Ayudado por la Policía Nacional comenzó la entrada de fieles. Primero una niña, luego el resto. Muchos con rostros mojados no se sabía muy bien si por la lluvia o por las lágrimas, seguramente por las dos, con móviles que fotografiaban al Hijo y a la Madre en paralelo. Él, con túnica roja y potencias. Ella con un juego de corona, puñal, cruz pectoral y broche como estrenos que no pudo lucir. 

 

La magnífica Banda de Música Maestro Infante de Los Barrios interpretó sones, primero fuera del templo, ante un público fervoroso, y luego con algunos de sus miembros en el interior, elevando la emoción, que es lo que hace la buena música. Continuaron los abrazos, las lágrimas, los lamentos. Fuera una imagen, que ilustra esta crónica: Medinaceli y Esperanza, al fondo, y a las puertas del templo que lo resguarda un pueblo que de alguna manera esperará ahí al próximo Martes Santo.